sábado, 6 de mayo de 2017

LA CIÉNAGA DE ARAGUA


 LA CIÉNAGA DE ARAGUA 


VISITA AL MARAVILLOSO MUNDO DE CHAMBICO Y TIVISAY 



Para ir a la Ciénaga, salimos de la Ciudad de Maracay al medio día y en un par de horas, más o menos, estábamos en el pueblo de Ocumare de la Costa de Oro.   

Luego nos dispusimos a buscar un lugar donde quedarnos, este pueblo es un lugar turístico, por lo tanto hay muchas opciones para hospedarse. 

De igual manera, se puede comer rica comida fresca en los kioscos o restaurantes que van desde las calles del pueblito hasta la playa. El ambiente es muy animado, los costeños por lo general son gente amable y divertida.

En nuestro caso, preferimos ir un día de semana, para evitar que la playa este muy concurrida y así disfrutar del atardecer en total tranquilidad frente al hermoso Mar Caribe. 


A primera hora el día siguiente nos dirigimos a la punta de la playa, en donde se reunen todos los peñeros que van a salir al Mar, aquí preguntamos por alguno que nos pudiera llevar a la Ciénaga. 

Como era día de semana, nos toco pagar un poco más para que nos llevaran, ya que se paga es por puesto y mientras mas personas, menos es el costo del pasaje. De esta manera, mientras esperamos para salir al mar, degustamos unas deliciosas empanadas de cazon y un caliente cafecito.

El trayecto es corto, así que en pocos minutos estabamos en la Ciénaga, apreciando su agua cristalina, el peñero te puede dejar en dos partes, todo depende de tus gustos, si quieres tomar más sol, puedes quedarte en la piscina, donde la playa es de un azul cielo muy bonito, y sus aguas son tranquilas, aquí se pueden apreciar las estrellas de mar de especies mas grandes. 

El segundo lugar y el que nosotros escogimos fue un poco mas adelante, el agua es de tono turquesa y esta rodeada de un manglar. En este sitio se pueden alquilar Kayaks y equipos para hacer snorkeling. Hay también una posadita que ofrece servicio de sillas y de comida.  




La fauna que habita estos hermosos paraje, no se siente en peligro ante la presencia de las personas, por eso, se pueden fotografiar tranquilamente.
 
  
El agua es cristalina y calientita a horas del medio día, esta ensenada es perfecta para los mas chiquitos de la casa, y para las personas que como yo huimos de las olas y preferimos nadar en aguas tranquilas y sin mucha profundidad.

Un punto en que debemos poner especial cuidado es en la protección de las especies que habitan este hermoso lugar, como es el caso de esta linda estrella de mar que me encontré en el camino. 

Es necesario tener conciencia y no sacarlas del agua, ni siquiera un instante, pues son seres muy delicados y pueden morir.



Parece un trabajo tan difícil concientizar al ser humano respecto a la protección de la naturaleza. Sin embargo, en este pedacito del Caribe las cosas son diferentes, hay un grupo que ayuda en la conservación del ambiente.


Por eso lo recomendable es disfrutar del paseo y dejar solo nuestras huellas en la arena.


Luego de recorrer un poco, me encontré una agradable pareja de extranjeros que decidieron hacer de la Ciénaga su hogar, ellos me comentaron que este lugar contaba con una especie de museo de unos artistas locales.

De esta manera, muy emocionada emprendí el camino a conocerlo, sin embargo, me advirtieron que había muchos perros cerca del lugar y que aunque ladraban mucho, no eran peligrosos por eso no había que temerles... De igual manera, me previno un poco sobre la personalidad excentrica de Tivisay, a la cual no le gusta que la molesten mucho, pues es una mujer solitaria.

Cuando llegamos a la altura de un pequeño muelle, los perros no se hicieron esperar. Sin embargo, pasamos poco a poco, y pudimos llegar al hogar de Chambico y Tivisay.

Chambico quien es un escultor y pintor, se encontraba en el mar pescando, pues es lamentable que en nuestro hermoso País no se pueda vivir del arte. Tivisay atendió a nuestro llamado prevenida. No obstante, me le presente y le dije que admiraba mucho sus obras, y luego de hablar un poco me permitió el honor de fotografiar lo que quisiera.




Quisiera recomendarles a los que aprecian el arte, que si van a este lugar, apoyen a estos cultores colaborando con materiales que puedan servir en sus creaciones, como pinturas, pinceles, entre otros, ellos se lo agradecerán en gran manera.

Aquí dejo una pequeña muestra de lo que esta peculiar pareja realizan.

























Debo confesar que la visita a la Ciénaga rebaso mis expectativas y a pesar de que existen tantos sitios por recorrer, tratare de volver a este, porque en el, se quedo un pedacito de mi corazón.